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lunes, 19 de diciembre de 2016

ACERCANDO LA ESPIRITUALIDAD Y LA GESTALT (1a. parte)


    Por: Viviana Valdés Teja

Cuando comencé a trabajar sobre este texto, pensé que más que buscar una definición de espiritualidad prefería nombrar algunos de los elementos que me parecen están relacionados con ella y reflexionar al respecto; además tuve la inquietud de cuestionarnos sobre el lugar de la espiritualidad en el contexto de la psicoterapia Gestalt con la intención de integrarlas con más naturalidad.
Se habla que nuestra perspectiva del ser humano es holística y compleja, y que implica considerar al ser humano en sus múltiples dimensiones; es decir, como un campo biopsicosocial completo, reconociendo las variables fisiológicas, sociológicas, cognitivas, motivacionales, etc. Sin embargo, son pocos los que hablan explícitamente de la dimensión espiritual como parte de nuestra humanidad.
Nuestra condición existencial de ser conscientes de nosotros mismos y de nuestra propia muerte nos invita a hacernos preguntas: ¿Quién soy?, ¿para qué estoy aquí?, ¿qué pasa después de la muerte?, ¿cómo se creó el universo?
La forma en que respondemos a estas preguntas es muy variada, hay quién las responde con la religión, hay quien contesta a través del arte, algunos recurren a la ciencia, y también pueden ser miradas desde la espiritualidad.
Los elementos fundamentales en los que pensé para hablar de espiritualidad y sobre los cuales quisiera ahondar brevemente son: la existencia,  la conciencia, el sentido,  la energía de vida, la interconexión y la Unidad, y quisiera hacer notar que todos pueden tener una resonancia dentro de la Gestalt.
Se dice que hay distintos niveles de existencia, el nivel físico de la materia y el universo visible, el nivel sutil que corresponde a la energía, la información y los aspectos que desde la neo-fenomenología se han llamado “semi-cosas” (pensamientos, sentimientos, sensaciones, etc.), y finalmente, el nivel no circunscrito que se refiere al campo potencial y a la fuerza organizadora detrás de todas las cosas que opera más allá del espacio y del tiempo (Chopra, 2004).
Mirar nuestra existencia y la naturaleza en su inmensidad y en su complejidad, nos hace darnos cuenta de estos niveles y  preguntarnos por algo que va más allá de nosotros y nos trasciende. Generalmente estamos más acostumbrados a lidiar con los primeros dos niveles de existencia, el cuerpo, las cosas, el espacio; y también como terapeutas, con  el nivel de las emociones, de los pensamientos, de los significados, donde es más fácil encontrar sentido e incidir. Por otro lado, lo que respecta al nivel no circunscrito de la existencia, nos arroja a una condición de incertidumbre y del misterio de la vida (Martínez Robles, 2012) que muchas veces nos despierta temor, no obstante esta condición al mismo tiempo nos invita a buscar y construir un sentido. La búsqueda de sentido es otro elemento clave de la espiritualidad el cual veremos más adelante.
Respecto a la consciencia también se habla de dos niveles;  una consciencia circunscrita y una no circunscrita (Chopra, 2004). La primera está asociada lo corporal, sensorial, emocional, cognitivo, social y relacional, (Delacroix, 2016), confinada a una temporalidad y una historicidad (conciencia sobre mi historia, sobre lo que me gusta, sobre lo que siento, etc.). El segundo nivel de consciencia está asociada con el ámbito de lo transpersonal ya que va más allá de nosotros mismos, trasciende el tiempo y el espacio,  y está asociada la compleja red de interconexiones de toda la existencia. (Delacroix, 2016)
Lo que me parece interesante es que la consciencia circunscrita nos hace conscientes de la no circunscrita. En palabras de Delacroix, (quien considero que es uno de los autores gestálticos que más lugar le da a la espiritualidad), esto es que la conciencia nos hace presentir que hay un más allá de nosotros mismos, una dimensión energética más allá de lo psicológico, un misterio de vida más allá de lo biológico (2016, p. 10).
Ahora bien, tanto la existencia, como la conciencia en sus distintos niveles, son parte de nuestra experiencia humana y ambas nos impulsan a buscar el sentido. El sentido está asociado a preguntas fundamentales cómo el ¿para qué?, ¿hacia dónde de mi vida?, o ¿qué sentido tiene mi presencia en este mundo? Algunos pensadores como Víctor Frankl consideran que  la vida tiene sentido siempre y en toda circunstancia, por lo que la tarea de la persona consiste en encontrarlo; para otros filósofos, como Irvin Yalom, la vida no tiene sentido per se y  la tarea de las personas consiste en crearlo o construirlo (Martínez Robles, 2012).
Lo que podemos ver en ambas posturas, es que como seres humanos existencialmente tenemos la posibilidad de responder a la vida; es decir, somos responsables, y descubrir o construir el sentido de nuestra vida es una forma de hacerlo.
Continuando con la revisión del concepto de energía de vida, quisiera retomar los términos de Delacroix.  Para  él la energía de vida es “la potencia contenida en la fuerza de la vida que nos anima. Podemos presentir o sentir que esta fuerza de vida es la fuente misma de la vida en nosotros, conectada a la VIDA. Presentimos que estamos conectados a lo que está más allá de nosotros, y que podemos conocer la unidad cuerpo-consciencia-espíritu-universo gracias al aliento de vida despierto en nosotros (2016, p. 10).
Esta energía que nos anima, es la base de la espiritualidad en el cuerpo y la respiración es una de las formas más claras y hermosas en las que esta energía se expresa (Lowen, 2011, p.29). A través del cuerpo respirante tiene lugar el soplo de vida y el intercambio permanente con el universo, por el doble movimiento inspiración-expiración (Delacroix, 2016). Esta es una de las razones por las que muchas prácticas espirituales se enfocan en la respiración. 
En el IHPG contamos con una serie de materiales relacionados con los temas de Espiritualidad.

En la revista Figura fondo puedes encontrar los artículos:

·       Entrevista: conversando con Myriam Muñoz: la gestalt indirectamente lleva a lo espiritual- Jan Kñakal
Figura Fondo 31

·       Del ritual a la ampliación de la consciencia- Erandi Ruiz
Figura Fondo 33

·       Psicoterapia espiritual: a la búsqueda de lo sagrado- Celedonio Castanedo        
Figura Fondo 34
 
El poder de la consciencia en el proceso terapéutico. De lo psicológico a lo espiritual: Los ocho niveles de consciencia en interacción en el proceso terapéutico- Jean Marie Delacroix
Figura Fondo 40


Y en la biblioteca podrás consultar las siguientes tesis de nuestros egresados:

  • La meditación de la atención plena: Una intervención educativa en las emociones. - Gerardo Chávez
  • La danza del sol en Amatlán de Quetzalcóatl, efectos de un ritual en la conciencia de los participantes: una mirada gestáltica.- Erandi Ruiz
 

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